Nicolás

Nicolás ha sido el último en incorporarse a la familia, es un gato tranquilo y tierno. Tiene 8 años y es de raza persa.


Nicolás El recién llegado

Nicolás ha pasado por mucho estrés y se está adaptando poco a poco a su nuevo hogar. Todavía se muestra un poco tímido pero cada día parece más cómodo y mas feliz.

El gato persa es un animal elegante y bello, muy popular entre los aficionados a los concursos de belleza; y puede que sea la raza felina que más variedad de colores presenta, ya que podemos encontrar pelajes de casi todos ellos: desde el blanco al negro, pasando por dorados o grises en formato monocolor, bicolor, o tricolor.

Es fácil reconocer al gato persa por sus características físicas: pelo largo, extremadamente suave y frondoso, una nariz pequeña y achatada, y ojos enormes, brillantes y expresivos, en una cabeza bastante redondeada. Sus orejas, que son diminutas si las comparamos con el resto del robusto cuerpo, suelen tener la punta redondeada y estar inclinadas hacia delante. Sus patas son generalmente cortas y anchas, acabadas en garras grandes, fuertes y redondeadas.

Es un gato muy tierno

Según la experiencia de Violeta León Mateos, veterinaria del Centro Veterinario Diego de León, “el temperamento del gato persa es buenísimo: son gatos muy dóciles y sociables, cariñosos, menos independientes que otras razas (les gusta más el contacto con el ser humano), muy buenos con los niños…”. Y añade que, como todo, “depende de cada gato”, pero generalizando la veterinaria la define como “una raza noble y de buen carácter”.

Aunque como a otros gatos, al persa le gustan los mimos y ser acariciados, no es felino que solicite una atención continua por parte de su dueño. Tranquilos y poco maulladores, no son mascotas muy activas ni dadas al movimiento, si no más bien algo perezosos, siendo habitual que le cojan cariño a determinadas zonas de la casa donde pueden pasar un buen rato sin moverse.

Aqui Nicolás jugando con su hermano Persano